“Entre palomitas, besos y arrumacos hubo una canción que formaría para siempre parte de sus vidas: «Love on the rocks». En realidad no era una gran película, pero sí era una gran canción”.

MAÑANAS QUE SE PARECEN

“Erase una vez”…. La frase con la que comenzaban los cuentos de nuestra infancia y que temprano nos impulsaron a amar los libros, es la frase de los comienzos, repleta de sugerentes posibilidades, de páginas donde se escribían fantásticas aventuras que apenas saciaban nuestra voraz imaginación.

También fue el título de uno de los temas incluidos en la banda sonora compuesta por Mark Knopfler para The Princess Bride (La Princesa Prometida). Según Fotogramas, una de las películas más completa de la historia del cine y que a finales de 2017 cumplía 30 años.

Al principio muy pocos confiaban en ella, parecía otra cinta frívola y de escaso interés. Solo le salvaba la colaboración del mítico líder de Dire Straits. Pero no solo la música, sino también la cuidada fotografía y los diálogos desmintieron su pronosticado fracaso. La acción, romance, aventuras, comedia, fantasía…, hicieron de La Princesa Prometida  una de las películas más queridas de los 80, era un entrañable cuento sobre el arte de contar historias.

Probablemente el público infantil y adolescente sea el más difícil de atraer hasta las páginas de un libro o guion adaptado para la gran pantalla. Normalmente son inquietos y no prestan demasiada atención a una sola cosa por largo tiempo. Esto en si mismo hace muy difícil adentrarse en el insondable mundo de los cuentos.

ESCRIBIR CUENTOS

El propósito de los cuentos no es exclusivamente el de entretener, una forma de pasar el rato. Los mejores cuentos son los que enseñan algo y en los que el lector interactúa con la historia y los personajes. Por ello se han desarrollado nuevas fórmulas editoriales –como en Mumablue– en las que el joven decide el final del libro o modifica su desarrollo. Historias a la carta o por encargo con la misma facilidad y posibilidad de ingredientes como el que encargaría una pizza.

Se ha hablado mucho sobre las nuevas tendencias y la caída de ventas de los libros en el formato de papel. En medio de toda esta polémica sobre defensores y detractores del soporte tradicional, nos llega un extenso estudio médico sobre los beneficios para el cerebro de la lectura en papel.

Miguel Martínez Otero, responsable del  Grupo de Neurociencia Visual (CSIC-UMH). Declaró que el cerebro no «viene programado de serie» para leer. Cada vez que alguien aprende a hacerlo, ya sea un niño o un adulto, ciertas regiones destinadas a otras funciones, como el reconocimiento facial y de objetos, se «reconvierten» para interpretar palabras.  El neurocientífico francés Stanislas Dehaene  ha difundido un interesante estudio sobre “La plasticidad de nuestro cerebro”, que es la que hace posible ese cambio, y que mejora en gran medida su rendimiento. Por eso, «lo importante es leer», y hacerlo en papel, porque al cerebro le cuesta menos trabajo absorber y retener la información en ese formato.

Susan Perrow era una madre australiana en proceso de separación que buscó un cuento que mitigara la tristeza de sus hijos, después dijo para una entrevista en La Contra:

“Los cuentos hablan directamente a la imaginación de los niños, les abren mundos y tienen el poder de sanar sus heridas, miedos y malos comportamientos; los incentivan y los educan. ¿Sabe qué le dijo Einstein a una madre que le pidió consejo para potenciar la mente matemática de su hijo?

“Si quiere que sea más inteligente, cuéntele cuentos a su hijo”.”

La periodista Ima Sanchís  le preguntó:

¿Cuál ha sido el cuento más importante en su vida?

Y ella respondió:

El que la transformó. Una noche le conté a mi hijo mayor, Kieren, que tenía entonces siete años, un cuento tradicional inglés, Los brownies.

¿De qué trata?

De un padre que había perdido a su esposa y estaba siempre malhumorado. El hijo le preguntó a su abuela por qué su padre se había olvidado de sonreír, y ella le explicó que los brownies, unos duendecillos, ya no acudían a su casa a hacer las tareas domésticas… La historia es larga, pero la cuestión es que el niño del cuento acaba entendiendo que él debe hacer la tarea de los brownies, así que mientras su padre duerme limpia la casa.

¿Por qué ese cuento cambió su vida?

Durante dos semanas Kieren se levantó muy temprano y limpió la casa mientras yo dormía.

by Manuel Julián

SITGES INFOGUÍA MAGAZINE n°152 Febrero 2018