La ruta del Modernismo de Sitges, nos adentra en el núcleo antiguo, situado entre los vestigios de la muralla y el legado arquitectónico que se extiende a espaldas de la iglesia parroquial Sant Bartomeu y Santa Tecla de Sitges, del siglo XVII, El Racó de la Calma  con los edificios que acogen los Palacios  Maricel de Terra y Maricel de Mar, o la residencia de Santiago Rusinyol “El Cau Ferrat”, entre otros.

A principios del año 1900, lo que hoy conocemos por El Racó de la Calma estaba formado por casas típicas de pescadores, viviendas sencillas de dos plantas, con un pequeño promontorio elevado, la antigua Placeta de Sant Joan.

Charles Deering, un empresario norte americano que había amasado una importante fortuna familiar, visitó por primera vez Sitges acompañado por su amigo y artista Ramon Casas. Deering Además de empresario era un gran filántropo, poseía numerosas obras de arte y buscaba desde hacía algún tiempo un lugar donde albergar su valiosa colección.

El magnate, visitó, como era obligado, el Cau Ferrat, de Santiago Rusiñol y le gustó tanto, que quiso adquirirlo. Pero ni el Cau Ferrat ni su colección estaban a la venta. En cambio, el  antiguo hospital Sant Joan Baptista, fundado por Bernat de Fonollar en el año 1326, y ubicado justo al lado del Cau Ferrat sí estaba disponible y Deering adquirió el edificio por 40.000 pesetas.

Charles Deering deseaba instalarse en su nuevo espacio con todas las comodidades y reconstruirlo como un palacio junto al mar. Ramón Casas le recomendó a la persona ideal para llevar a término su propósito, el Maestro Miquel Utrillo i Morlius.

 

Utrillo era un reputado diseñador modernista que tuvo una personal implicación en la Exposición Universal así como en proyectos como El Pueblo Español de Barcelona y además siempre había sentido una especial atracción hacia el arte con influencia francesa desde su niñez.

En 1911 se inició la reforma de la fachada oeste enriqueciéndola con elementos de diferentes épocas. Después adquirió las casas de pescadores que se extendían desde la placeta de Sant Joan hasta el Baluarte y construyó un edificio paralelo al Maricel primitivo que todavía se conoce hoy como Maricel de Tierra. Para enlazar ambas secciones se diseñó un arco sobre la calle Fonollar, lo cual permitió avanzar la construcción.

Con el dinero recibido por el mecenas Deering, en pago por su trabajo, el polifacético Maestro Miquel Utrillo fue adquiriendo diferentes obras de arte hispánico, mientras, Deering continuaba ampliando su patrimonio en el mercado internacional. Entre ambos, lograron reunir una de las colecciones más importantes del país.

UN GIRO INESPERADO

En invierno de 1919 Deering abandona Sitges y decide llevarse todo su patrimonio artístico y depositarlo en el museo escuela Instituto de Arte de Chicago. ¿A qué se debió la repentina marcha de Deering?

No hay una razón concluyente sobre los motivos de Deering y sus desavenencias con Utrillo, sin embargo, la noticia de su partida afectó el ánimo de muchos en algunos ámbitos políticos y sociales, sin embargo, la repercusión más grave se produjo entre los vecinos de Sitges, que desde el primer momento habían admirado profundamente a la persona y la obra de Charles Deering, hijo adoptivo de Sitges desde el año 1931.

El Palacio Maricel, el Museo Maricel y Can Rocamora, edificio situado en medio del Cau Ferrat, forman un conjunto único no solo por sus edificios, de valor arquitectónico sino también por su dedicado interés por el arte, el patrimonio y la cultura de Sitges.

SITGES ANUAL MAGAZINE 2017/18

 

Imagen de cabecera: Charles Deering. Nueva York, 1909

 

Lectura recomendada: «De Miami a Sitges, el último viaje» de Rosa Maria Puig i Reixach

(Disponible en catalán y castellano) Edición actualizada 2020 con más de 200 fotografías.

Esta obra se basa en todo lo que rodea la vida de Charles Deering, un magnate americano que llegó un día en Sitges y se enamoró de la villa.

Deering es un admirador del pintor Ramón Casas, viaja a Barcelona y conoce Miquel Utrillo y los artistas que frecuentan la cervecería de Els Quatres gats. Con Casas y Utrillo, Deering llega a Sitges para visitar el Cau Ferrat de Santiago Rusiñol, en la época un referente europeo en el ámbito artístico. Entusiasmado decide comprar el antiguo hospital enclavado sobre las rocas vertidas al mar, con la intención de edificar su residencia y guardar una colección de arte. Bajo la genial dirección de Miquel Utrillo, hombre culto y entendido en arte, el edificio se convertirá en el Palau Maricel.