El frescor de la fruta a través de una uva dorada, pequeña y ovalada: la Malvasía. Con sabor intenso y el aroma almibarado y un tono suave que recuerda el moscatel.

A mediados del siglo XIV los Almogávares, soldados de la corona de Aragón, regresaban a la Península después de una larga campaña de reconquista y se detuvieron a descansar en Bizancio, en la ruta de los peregrinos que procedían de Turquía. En aquella colonia griega recogieron algunas muestras de uva y provisiones para el camino.

A su llegada, los soldados plantaron los primeros sarmientos de Malvasía en las huertas de Valencia, lo que dio lugar a vinos de gran calidad. Las nuevas variedades ganaron su preciada reputación en los siglos XVI y XVII y poco después, durante la Edad Media se les atribuyeron propiedades tónicas y medicinales. Con el tiempo la Malvasía aparecería también en una cita de Tirant Lo Blanc, lo que demuestra hoy su validez histórica.

El general y cronista Ramon Muntaner, que había luchado en Constantinopla bajo las órdenes de Roger de Flor regresó en el año 1307 y poco después de su llegada contrajo matrimonio con su amada Xirivella, una rica hacendada que poseía tierras y casa de labranza. Muntaner plantó allí la variedad helénica mas pura de Malvasía conocida hasta el momento. Desde aquellas tierras se extendió por todo el país hasta llegar a Cataluña y poco tiempo después a Sitges.

MALVASÍA DE SITGES

Hace aproximadamente siete centurias, Sitges era una comunidad agrícola asomada al mar y al negocio de la pesca. La uva de Malvasía ocupaba por aquel entonces el ochenta por ciento de los campos de cultivo. Era una variedad aromática muy apreciada y sin embargo muy susceptible a plagas y enfermedades como los hongos producidos por la humedad. Por otro lado era también muy sensible a las características de un terreno tan alcalino y erosionado. La llegada de la temida enfermedad de las vides «Filoxera» y el auge del champán a finales del siglo XIX marcaron la decadencia de la Malvasía abocándola a su desaparición.

Consciente de esta amenaza, poco antes de morir, el diplomático Manuel Llopis i Casadas [Barcelona1885–Sitges 1935] ofreció una viña que había estado situada en los campos de Aiguadolç, al Hospital de San Juan Bautista, así como el negocio familiar Llopis Bofill de elaboración de Malvasía.

Gracias a este legado cultural y patrimonial, una pequeña y selecta producción de la apreciada y genuina Malvasía de Sitges se sigue cultivando todavía hoy en el Celler del Hospital de la villa.

CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA MALVASÍA [CIM]

Durante siglos, la Malvasía de Sitges nos ha hablado en su propio lenguaje. Llegó desde Grecia, sobrevivió a las guerras y las enfermedades y todavía hoy tiene mucho que contarnos. En cierto modo era una uva con una gran historia y un claro mensaje de supervivencia.

El Centro de Interpretación de la Malvasia, [CIM] impulsado por la Fundación del Hospital de San Juan Bautista de Sitges, se encuentra ubicado en el antiguo Corral de la Vila y en la bodega del Hospital. Se trata de un edificio que data del siglo XVIII y que desde 2019 acoge diferentes eventos públicos como conciertos de jazz y exposiciones.
El enólogo Bruno Tannino destacó en entrevista que el centro puede suponer

…»el inicio de la recuperación de un legado importantísimo para Sitges y puede ayudar a ser un importante potencial dinamizador socioeconómico”.

 

La Malvasía ha sido siempre mucho más que un vino dulce. Su vinculación con Sitges forma parte de un agudo sentimiento de aprecio que nos remonta a sus orígenes. El centro forma parte desde 2019 del interés turístico y museístico de la comarca de el Garraf.

Visitar Sitges, por su historia y legado cultural, por toda su oferta tradicional, gastronómica y de ocio, por la calidez de su clima, de sus playas y de su luz, es todavía hoy una propuesta de gran calidad para acoger a toda clase turistas de todas partes. Interpretar el idioma de la Malvasía es dejarnos seducir por la sutileza de su lenguaje. Por lo que inspira en nosotros el dulce sabor de la nostalgia, quizá durante la sobremesa, o de la tertulia entre amigos de vivir pequeños y entrañables momentos repletos de significado.