Es cierto que los libros no son baratos, o quizá sí, si lo comparamos con otras cosas menos necesarias. Efectuamos muchas veces algunas compras para sentirnos bien, quizá algún complemento, artículo electrónico, pieza de ropa o calzado, una botella de vino que nos han recomendado, un perfume cuya publicidad nos ha cautivado…, evidentemente todos somos muy libres de elegir en qué gastamos nuestro dinero. Pero vamos a ser objetivos: las modas pasan, los electrodomésticos quedan obsoletos, el perfume se evapora y el vino, bueno, fue un bonito recuerdo. Sin embargo, un buen libro, una buena historia puede quedarse con nosotros para siempre.

Por lo tanto: ¿qué podemos esperar de un libro?

Algunos trabajos tienen tras de sí un llamativo marketing publicitario y todo el enorme respaldo de una reputada editorial que hace posible que aquellos autores considerados «mediáticos» disfruten de su gran momento. Quizá esto incluya una sugerente portada y una gran presentación en televisión, pero luego, lamentablemente, nos damos cuenta de que lo que compramos fue solo una promesa vacía como el humo, un pegadizo eslogan o el simple impulso de adquirir lo mismo que ya habían comprado otros lectores.

Con los libros puede pasarnos como con los vinilos de los ochenta. Muchas portadas eran especialmente llamativas y espectaculares y sin embargo la música y las canciones, algunas de ellas, eran más bien mediocres. Sin embargo hay muchos títulos que quizá todavía no conozcamos o autores y escritores menos «populares» que pueden sorprendernos.

Cada uno de nosotros tiene sus propias preferencias en cuanto a géneros literarios, algunas de las historias más leídas, por lo menos en el formato de relato, son las novelas policíacas, históricas y románticas.

«Varsovia. Invierno de 2014

Adam no estaba muy seguro de lo que había pasado, de lo que había hecho. Miró las sábanas manchadas de sangre que a lo largo de todo ese día habían sido de un color blanquecino y aséptico pero que ahora tenían el aspecto de una gasa de carnicero y comenzó a temblar. El pecho le oprimía con una angustia oscura e infinita, pensó en todos los errores que había cometido, cada una de las equivocaciones que le habían conducido hasta ese momento, y no se sintió cómodo con las respuestas«.

Así comienza la novela titulada: «Mañanas que se parecen» de ediciones DéDALO, una historia de aventuras y acción, con tintes de trama policíaca, urdida con un fino hilo de literatura romántica e intimista que nos transporta a Polonia, Múnich, el barrio londinense de Bloomsbury y Barcelona durante el invierno de 2014.

Podemos crear un nuevo cliché al lanzarnos una sola vez al año a la compra de un libro e intentar no correr riesgos al elegir un autor y título popular. O podemos eliminar algunos hábitos menos saludables e invertir ese dinero en ser felices con la lectura de nuevas propuestas, quizá menos glamurosas, pero sin duda, mucho más reconfortantes.

Las hormigas, a pesar de su insignificante tamaño, siempre dejan un rastro, unas pisadas en la arena, y en cierto modo, este ha sido un sendero muy transitado desde el sillón a la librería. Que nuestro camino, como el de las hormigas, nos conduzca al descubrimiento, la satisfacción de los mejores finales, entrañables personajes y frases que hemos adoptado como el destello de un faro que nos ayuda siempre a regresar a casa, a lo mejor de nosotros mismos y a todo lo que añoramos de nuestra dulce juventud de tebeos, aventuras y primeras páginas repletas de antiguos secretos y misterios, del primer beso y la permanente sensación de revivir de nuevo todos aquellos momentos.