Una afectuosa bienvenida a todos y a este nuevo pódcast, el número 9 de MAÑANAS QUE SE PARECEN, y que hoy titulamos: EL PRÓLOGO. Así que como habrás podido intuir, hoy hablaremos de cómo presentar un texto y cómo darle una introducción.
Ya que hablamos del prólogo y de los comienzos, ¡qué mejor manera de comenzar nuestro audio de hoy que saboreando un buen café! Hoy estoy en una de esas glamurosas cafeterías que todavía conservan el sabor de lo tradicional, por lo menos en su ambiente. Lo que se escucha a través del hilo musical es una antigua canción de Nina Simone “You’ve got to learn” (Tienes que aprender) y que habla de superar nuestras decepciones, y de hacerlo con la frente bien alta y la determinación de no rendirnos. Así es que el café y la canción podrían ser en sí mismos un buen comienzo.
…, sonido de ambiente en la cafetería…, Nina Simone en el hilo musical …
Estoy delante de un seductor café Frappé, una mezcla de café, chocolate, nata y cacao, una deliciosa combinación, que evidentemente voy a rechazar, porque no me veo hablando a este micro con la boca llena de nata y el chirriante cacao entre mis dientes. Quizá otro día…, hoy regresaremos al café largo, caliente y espumoso de siempre.

Vamos a buscar un lugar tranquilo…, para compartir con vosotros algunos consejos sobre cómo elaborar una introducción, prólogo o prefacio para presentar nuestro nuevo libro.
Bueno, pues ya hemos dejado atrás a Nina Simone, el Frappé y el ruido de ambiente y estamos solos, para hablar de nuestro prólogo.
…, pausa para acomodarnos …,
Ya estamos, ya nos hemos alejado del ruido de ambiente y nos encontramos cómodos, y listos para el audio de hoy, así es que…, comenzamos:
Bueno.., pues como ya avanzábamos en la cafetería, hoy hablaremos de diferentes recursos, al principio de nuestro relato y que nos pueden ayudar a introducir y despertar el interés de los lectores…
Algunas novelas no necesitan presentación, se ha hablado tanto de ellas, que la mayoría de las personas ya saben lo suficiente como para leerlas o decidir no hacerlo. El autor, digamos que juega con la impaciencia del lector por llegar a la primera página y como en un banquete al que hemos sido invitados se salta la copa de bienvenida, los aperitivos, y la expectante recepción de la llegada. ¿Con quién nos sentaremos, en qué consiste el menú, qué vino maridará con la comida? Incluso para evitar toda posible distracción, después de una breve frase sobre a quien va dedicada la historia, el autor comienza en el primer capítulo al que simplemente le llama 1 “uno”, y deja el índice, bibliografía y otras consideraciones para después, al finalizar la historia.
Sin embargo es muy frecuente, y en ocasiones, una necesidad, sobre todo si se trata de un autor que comienza, que una novela cuente con una presentación, unas páginas previas al grueso del texto, y que recoja los motivos que han impulsado al autor a escribir este relato, algo sobre su trayectoria, algunas vivencias, anécdotas o experiencias relacionadas con el desarrollo de la historia. Por ejemplo: ¿Cómo comenzó todo? ¿Que le impulsa a escribir una novela?, ¿a qué retos tuvo que enfrentarse, cómo venció los obstáculos y sobre todo, algo muy importante, por qué recomienda su lectura?
Todo esto nos lleva a las siguientes reflexiones:
En el momento de escribir una novela:
¿Qué diferencia hay entre el prólogo, el prefacio y la introducción? ¿Qué propósito tiene cada uno de estos recursos y quien debe escribirlos?
Empecemos por el prólogo:
1. Prólogo
- Quién lo escribe: Normalmente lo escribe otra persona que no es el autor, aunque a veces lo escribe el propio autor en tercera persona o desde la perspectiva del lector o desde una visión más abstracta.
Por ejemplo, en el libro “La ladrona de libros” de Markus Zusak, la principal protagonista y narradora, la voz en off, es la propia muerte: “Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña”…
En mi último libro: “Mañanas que se parecen”, el prólogo lo escribieron conjuntamente dos buenos amigos, Agustín Farizo y Francesc Espuny, compañeros de colegio y cómplices de nuestras travesuras de la infancia.En cambio, en otros trabajos anteriores conté con la colaboración de otros amigos. “Nubes de azafrán” es una historia que se desarrolla principalmente en Siberia oriental, de manera que en este caso escribió el prólogo una persona muy rica culturalmente hablando y que ademas era ruso nativo, Daniel Vorobiev. Este buen colaborador incluyó lo siguiente en su prólogo:
“La ágil prosa del escritor hace posible aproximarnos al detalle de sus descripciones hasta el punto que podemos observar esas pequeñas imperfecciones, que a veces hacen que todo sea perfecto. A la hábil descripción le acompaña una trama bien urdida. Hay un desarrollo bien trabajado para generar tensión y momentos climáticos llenos de acción”
- Propósito: Presentar la obra, darle contexto o valor añadido desde un punto de vista externo. Se puede hablar de la importancia del libro, del estilo del autor, del contexto en que se escribió o de cómo debe leerse.
- Tono: Puede ser más literario, reflexivo o incluso analítico. Puede incluso contar con los sentimientos o pensamiento que se suscitaron al leerlo y compartir esa experiencia.
- Lugar: Aparece antes del cuerpo principal de la obra.
Por lo general, un escritor reconocido, periodista o erudito del mundo de las letras introduce la obra de un autor novel elogiando las mejores características de su trabajo y lo que podemos esperar de su lectura.
2. Prefacio (o Prólogo del autor)
- Quién lo escribe: El propio autor.
- Propósito: Explicar cómo y por qué se escribió el libro, compartir experiencias personales sobre su desarrollo y creación, agradecer el apoyo o justificar ciertas decisiones.
- Tono: Personal, directo, a veces informal.
- Lugar: También al principio, antes del cuerpo principal.
Por ejemplo: en el libro de Thomas Buergenthal titulado “Un niño Afortunado” encontramos una sugerente y emotiva presentación a manera de prefacio de Miquel roca i Junyent y en la que se pueden leer algunas frases como:
“Es un libro que nos pone ante la evidencia de que la bondad es posible incluso en el terreno de la locura más irracional… lean este libro, y les pido a los presentes que lo hagan leer. De este libro no saldrá nadie con dudas; lo que adquirirá será una enorme precaución y miedo ante una nueva caída de la irracionalidad por parte de la condición humana”
3. Introducción
- Quién la escribe: El autor.
- Propósito: Entrar directamente en el tema o contexto de la obra, preparar al lector para lo que vendrá a continuación. Es más habitual en libros de no ficción o ensayos.
- Tono: Explicativo, informativo, centrado en el contenido.
- Lugar: Inmediatamente antes del primer capítulo o parte principal.
Ejemplo típico: En un libro sobre historia de Roma, la introducción ofrece un panorama general antes de entrar en capítulos específicos. Puede darnos algún detalle de las costumbres, contexto histórico o ambiente predominante del lugar en el que se desarrolla la historia.
Resumimos y diferenciamos cada concepto
Hemos dicho que el:
- Prólogo: Es muy frecuente y, por lo general, lo escribe otra persona que no es el autor con la intención de poner en valor y presentar la novela.
- Prefacio: Normalmente lo escribe el propio autor para compartir su experiencia personal o motivación.
- Introducción: Es menos común en narrativa pura y se da más en novelas históricas o con mucho trasfondo. Normalmente lo escribe el autor y se centra en la creación de ambientes y contexto histórico. Por ejemplo, no sería lo mismo describir cómo era la vida en los años sesenta que lanzarnos a la descripción de un mundo distópico y futurista en el que el egoísmo y la sinrazón de la humanidad aya amenazado seriamente la vida en el planeta.
De todo lo que hemos visto hoy llegamos a la conclusión de que estas tres herramientas o recursos, pueden ser muy útiles para presentar nuestro trabajo, especialmente si comenzamos ahora y nuestra obra no está muy difundida.
Redactar cualquiera de estas tres opciones de presentación requiere un conocimiento profundo sobre el autor y su obra, no es un texto apresurado ni improvisado y se valora mucho el vínculo que se tiene con el autor, las experiencias y anhelos que ambos han compartido y qué expectativas se desean cumplir con la publicación de este nuevo trabajo.
Es sin duda, un asunto opcional, pero conservar unas palabras de presentación de tu libro y que fueran escritas por alguien que cree en ti y que aprecia lo que haces, es un verdadero regalo que trasciende en el tiempo y que irá unido a las primeras páginas de tu novela para siempre.

«You’ve got to learn»
Nina Simone 1965
Escritor de novelas. Redactor de contenidos para revistas culturales, blogs y páginas webs. Corrección ortotipográfica y de estilo. Writer freelance.