El Ártico es geográficamente un lugar tan remoto que parece que lo que ocurra allí no puede afectarnos, sin embargo las consecuencias del cambio climático ya son perceptibles en todas partes del mundo y se traducen en desastres atmosféricos que ya han causado muchos daños y cobrado un buen número de vidas.
La cumbre del clima celebrada en Bonn arrojó el primer dato relevante sobre las temperaturas sufridas durante 2017. Este es uno de los años más cálidos de los que se tiene constancia. Hasta 1,1ºC por encima de las medidas pos industriales. Este aumento de la temperatura está afectando el permafrost, o hielos eternos de lugares como el Ártico.
El último informe de Greenpeace incluye imágenes de gran calidad tomadas desde el satélite, SMOS, acrónimo inglés que traducido al castellano sería: «Satélite de Humedad Terrestre y Salinidad en los Océanos»
Las imágenes de alta resolución captadas por este avanzado dispositivo de observación han demostrado que el Ártico se derrite. Un año más, la capa de hielo ha llegado a su mínimo histórico, y es mucho más baja de lo que se esperaba y las consecuencias a corto plazo son imprevisibles. Si la temperatura del océano alcanzara un grado más, el nivel del mar se elevaría hasta 60 metros y el agua inundaría cientos de ciudades diseminadas por la costa, podrían desaparecer, Londres, Roma o Nueva York, y este es solo un ejemplo.
A pesar del poco interés que suscita este tipo de datos científicos, podríamos decir que se respira cierta fascinación por los mensajes apocalípticos. Impregnan la literatura, algunas composiciones musicales y las grandes producciones de cine. La Tierra ha podido ser invadida o devastada muchas veces por ataques alienígenas, lluvias de meteoritos, desastres atmosféricos, epidemias, zombies, científicos locos, políticos corruptos, vampiros, mutantes…, ¿no sé si me dejo a alguien? En la mayoría de los casos, nos hemos acostumbrado tanto a esas catastróficas imágenes del fin del mundo, que parece poco probable que nos lo tomemos en serio. Uno de esos films que de momento no ha tenido demasiado éxito en taquilla es Geostorm. Guionista y director Dean Devlin [Independence day, Satargate Godzilla…] El argumento pretende captar nuestra atención:
“Se crea una red global de satélites diseñados con la tecnología más avanzada para detectar y evitar catástrofes naturales, y parece que todo va bien hasta que algo falla y de nuevo el remedio se convierte en algo peor que la propia amenaza”
Una película con los últimos efectos especiales al puro estilo de Hollywood y que ya pudimos apreciar en: “El día de mañana”, o en”2012”
Los mensajes apocalípticos han sido un tema recurrente durante la última década del cine, y es lógico si tenemos en cuenta toda la información de la que disponemos hoy sobre el cambio climático. A pesar de ello y del realismo de las secuencias, es solamente una película y pronto nos olvidaremos de ella para proseguir con nuestras rutinas.
Dejando a un lado la poca influencia sobre nuestra conciencia que ejercen los medios de difusión y las películas, lo cierto es que el informe sobre lo que está sucediendo en el Ártico es alarmante. En medio de sequías, inundaciones y súper tormentas devastadoras, el Ártico sigue calentándose más rápido que cualquier otro lugar del planeta provocando un deshielo de millones de litros de agua dulce, que está afectando la vida en el mar y provocando tormentas sobre tierra jamás recordadas.
El tiempo que queda para tratar de impedirlo se está reduciendo a gran velocidad.
CONSECUENCIAS ATERRADORAS
¿Qué podremos esperar del clima a partir de ahora?
El informe de la comunidad científica no es demasiado esperanzador. Las naciones más contaminantes son las menos colaboradoras y las consecuencias a nivel global nos afectan y afectarán a todos durante generaciones.
He leído esta frase en una revista de divulgación científica: “El calentamiento global está alterando las corrientes oceánicas y las consecuencias serán aterradoras”
El hombre y su voraz apetito por acumular más dinero está interfiriendo con procesos, como la circulación del agua en el océano, y que intervienen en un sistema complejo y entrelazado como es el clima de la Tierra. Las consecuencias no son fáciles de predecir, pero no pintan bien en absoluto.
Mientras tanto, todos nosotros no podemos descartar la oportunidad de ser más conscientes y responsables con la manera en que nos deshacemos de nuestros residuos. Si pensamos que una sola iniciativa no tiene importancia y que son los gobiernos quienes deberían solucionarlo, estaríamos completamente equivocados, porque nosotros somos los primeros interesados en nuestro bienestar y el de nuestras familias.
La Fenología es la ciencia que se encarga de investigar la relación entre los factores climáticos y los ciclos de los seres vivos y cómo reacciona a los bruscos e intentan adaptarse a los bruscos cambios de clima. El resultado es que muchas especies no lo consiguen y se están extinguiendo, si pensamos en esta realidad como una ficción de cine, nosotros podemos ser los siguientes.
¿Sabes cuánto contamina tu vehículo y como resolverlo? ¿Nos hemos integrado en la cultura del reciclado? ¿Reutilizamos las bolsas de plástico, evitamos los aerosoles?…, (hay muchos ejemplos)
En la mayoría de los casos las “soluciones” no dejan de ser unas simples recomendaciones que podemos implementar en nuestras rutinas y con ello colaborar con un mayor sentido de responsabilidad hacia nuestro planeta. La Tierra siempre se ha mostrado generosa con nosotros, quizá ha llegado el momento de que nosotros mismos le devolvamos algo de esa antigua gratitud.
by Manuel Julián
Escritor en Ediciones DéDALO desde 2012. Redactor de contenidos para revistas culturales, blogs y páginas webs. Corrección ortotipográfica y de estilo. Writer freelance. Conferenciante. Autor de libros, relatos breves y cuentos para diferentes edades.